Debemos de olvidar la fantasía sin armas y enfocarnos en un Texas seguro

Ava Hosseini and Alyssa Ramos

Nota del editor: este artículo se publicó por primera vez el 5 de junio por Ava Hosseini y fue traducido al español por Alyssa Ramos.

La nación sigue en desacuerdo sobre la violencia armada. Texas no ha sido una excepción– después del primer aniversario de Uvalde, que era el 24 de mayo, ha habido una afluencia de conversaciones en torno a las armas de fuego, y muchos abogan por la erradicación de las armas, tanto en el campus como en el estado.

Pero a medida que avanzan las ambiciones a largo plazo de desarraigar la segunda enmienda continúan, las personas que participan en la defensa de la libertad de armas deben considerar promover la seguridad de las armas, como por ejemplo poniendo el peso detrás de las organizaciones de base que enseñan el uso seguro de armas de fuego. Los propietarios de armas deben hacer el esfuerzo de equiparse con técnicas adecuadas de seguridad de armas.


Las lesiones accidentales representan el 37% de los impedimentos no fatales causados por un arma de fuego, según The Educational Fund to Stop Gun Violence. Al promover el manejo seguro de armas de fuego, los estudiantes tomarían medidas preventivas contra lesiones accidentales y alentarían a los propietarios de armas a ser conscientes del daño potencial que su arma podría causar.

SB 11, promulgado por el gobernador Greg Abbott en 2015, permite a los propietarios con licencia portar pistolas ocultas en el campus. Se otorga cierta discreción a las universidades con respecto a cómo se implementa esta ley. Sin embargo, el texto establece explícitamente que las universidades no pueden crear regulaciones que “generalmente prohíban” o “tengan el efecto de prohibir generalmente” las armas. 

Independientemente de cuántas protestas se lleven a cabo, se inicien mítines y se propongan proyectos de ley, el estado continuará protegiendo a las personas que quieran llevar un arma al campus. Suponiendo que las armas de fuego estarán presentes en UT, dejará espacio para que el cuerpo estudiantil tome las medidas preventivas correspondientes, tales como presentaciones que muestren procedimientos adecuados de carga y almacenamiento en colaboración con grupos de estudiantes que respaldan armas. 

Bella Feistauer,  estudiante de segundo año de gobierno y economía, explicó porque siente que el movimiento a prohibir las armas de fuego es infructuoso dada la inmediatez del tema de la violencia armada. 

“Personalmente, creo que nadie debería tener un arma. Pero al final del día, el derecho a tener un arma está en nuestra Constitución. Realmente, es muy difícil cambiar la Constitución”, dijo Feistauer. “Creo que si el objetivo principal de alguien es erradicar las armas por completo de todos los aspectos de la vida estadounidense, tienen una batalla cuesta arriba que escalar”.

Alex Acosta, el dueño de la escuela de preparación de armas con sede en Austin, Atomic Legion, dijo que siente que las leyes de almacenamiento de armas son insuficientes.

“Soy de la mentalidad de que las leyes no necesariamente van a cambiar el comportamiento”, dijo Acosta. “Las personas deben asumir el hecho de que han tomado la decisión de tener esta herramienta. Y esa decisión debe vincularse, ‘bueno, porque hay una cierta gravedad asociada a esto (arma), probablemente debería ir a informarme ahora mismo’”.

Si bien es cierto que los usuarios de armas de fuego deben buscar información, la promoción constante de la seguridad de las armas de los grupos de estudiantes enfatizaría su importancia. Al tratar con armas durante un período de tiempo considerable, un individuo puede volverse demasiado confiado y descuidado en el manejo de su arma de fuego, lo que podría provocar daños inadvertidos. Después de un tiempo, los usuarios pueden olvidar el peso que lleva su conducta con un arma.

Acosta cree que gran parte de la violencia armada proviene de perder la perspectiva de cuán dañina puede ser el arma.

“La gente podría usarlos emotivamente, y ahora el resultado es algo catastrófico”, dijo Acosta. “Creo que muchas personas que los usan como herramientas en estados emocionales como ese tampoco han pensado en las ramificaciones de sus vidas que se producirán a partir de entonces”. 

Al recordar a los usuarios cómo almacenar, llevar y cargar sus armas correctamente, los grupos estudiantiles relacionados con las armas podrían abogar por un campus más seguro, independientemente de dónde se encuentren en la esfera política.